Siempre
sentí cierta atracción por los años cincuenta. No solo por la
estética del diseño y la moda de esa época en occidente, sino
también por el “American Way Of Life”, por el estereotipo de
familia donde el hombre es el que trabaja y la mujer es la ama de
casa que cocina y cuida a los niños. Por el
boom del consumismo, el poder de persuasión de la publicidad, los
estereotipos y cómo estos pueden llegar a afectar al comportamiento
de la sociedad.
Me
interesa el rol de la mujer en esa época que representa lo
estereotipado, tópico de la publicidad, la inseguridad y complejos
que causa en la sociedad en general y en el público femenino en
particular.
Elegí
trabajar con esta imagen por la dualidad que representa. Por un lado
refleja algo que en verdad me gusta y es ser ama de casa, tal vez
porque trabajo todo el día y tengo el deseo de pasar más tiempo en
casa cocinando y ocupándome del hogar.
Por
otro lado está el hecho de que el hombre de la época llegaba de
trabajar y se tiraba en el sillón a tomar cerveza y ver televisión
mientras la mujer terminaba la cena. Una imagen bastante machista
donde la mujer prácticamente servía al hombre quien tenía derecho
de llegar a su casa a relajarse y ser agasajado por haber estado todo
el día trabajando, dejando fuera de consideración el trabajo que
realmente implica mantener una casa limpia, ordenada y criar hijos.
"La
publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que
odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos
malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos
sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la
guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos
con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos
millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos
y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados."
Fight
Club (El Club de la Pelea), David Fincher, 1999
El
título hace cierta referencia a la serie de televisión “amas de casa
desesperadas” que si bien no la seguí de principio a fin ni soy
fan, es un concepto entendible. En esa desesperación de las amas de
casa contemporáneas encontramos sentimientos de soledad, injusticia,
deseos reprimidos y apariencias engañosas. Por todo esto puedo decir
que este trabajo es una especie de homenaje al ama de casa de todas
las épocas que muchas veces vive una vida sufrida y sacrifica sus
propios deseos y libertades por su familia.
La
palabra “descompuesta” juega además con esos sentimientos y con
la literal descomposición de la imagen.
Pero
el glitch no es solo destrucción y descomposición, es también el
nacimiento de algo nuevo. Nuevas formas e incluso paletas de colores
son concebidas a partir de las ruinas de un archivo destruido.
En
este sentido surge
esta serie de retratos. De una imagen en blanco y negro a la
aparición de colores estridentes que contrastan con paletas muy
bajas, pasando por tonos pastel y terminando con un zoom que muestra
una completa evaporación de la imagen que antes adivinábamos como
un rostro.
"Experimento
el glitch como una interrupción maravillosa que desplaza un objeto
lejos de su forma ordinaria y discurso, hacia las ruinas de su
destruido significado"
Rosa
Menkman, The Glitch Manifiesto
El
Glitch Art no se limita únicamente a una estética visual pixelada y
colorida del arte moderno.
En
la corrupción de archivos digitales el proceso que involucra al
sujeto con la imagen está cargado de un contenido profundo que lo
conecta con el código/lenguaje en su forma más intima. Quien
trabaja con glitch establece una relación intima con la imagen.